P. ¿Los virus nuevos, guerras, hambrunas y desechos tóxicos ayudarán a la causa de la extinción humana?
No. Las epidemias en realidad fortalecen a una especie si un suficiente número de individuos alcanza una tasa adecuada de supervivencia. Al ser más de 6.000 millones, no hay virus que pueda alcanzarnos a todos. Aun una mortandad del 99,99% dejaría 610.000 supervivientes naturalmente inmunes que luego procrearían, y en menos de 50.000 años estaríamos exactamente donde empezamos. Para que una enfermedad simplemente mantenga estable la población humana, más de 210.000 personas deberían sucumbir a ella cada día. El sufrimiento y la muerte no pueden traer más que dolor.
Millones han fallecido en guerras y a pesar de eso la familia humana sigue creciendo. La mayoría de las veces, las guerras animan a vencedores y vencidos a reproducirse más. Cuando se enlistaron tropas para la Guerra del Golfo, los bancos de semen se llenaron de contribuciones. El resultado neto de la guerra es usualmente un crecimiento, no una disminución en la población.
La escasez de recursos se enfrenta recurriendo a masacres masivas y llamándolas guerras, pero los resultados son sólo temporales. Además de no ser práctico, matar humanos es inmoral. No debería considerarse jamás como un método para mejorar la vida sobre la Tierra.
La muerte masiva de la humanidad, que tantos predijeron como consecuencia de nuestra explotación excesiva de la capacidad de sustento de la Tierra, es lo que el Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria espera evitar.
Es posible que el VHEMT no logre eludir el colapso ecológico. Por eso, las parejas que se proponen procrear querrán quizás considerar la posibilidad de estar sentenciando a su progenie a una calidad de vida en rápido deterioro y a una muerte inimaginablemente cruenta.
De todas maneras, es algo para pensar.
P. ¿Se supone que todos nos matemos?
EN RESUMEN: Un incremento en las muertes humanas no aliviará la densidad poblacional. Muchas personas están abogando por un aumento en la tasa de muertes para reducir la población humana. Sin embargo, históricamente el incremento en las muertes ha causado un incremento de nacimientos. Promover la libertad reproductiva, oportunidades económicas y educación reducirá nuestro número de una manera más rápida y amable.
¿Podrá la superheroína Muerte llegar a tiempo para salvar a nuestra preciosa Gea del filo de un colapso ecológico? ¿Podrán los golpes generosos de su guadaña mortal segar millones de vidas humanas, deteniéndonos antes de que nos destruyamos a nosotros mismos y a nuestro hogar?
Los lacayos de La Muerte, el Hambre, la Peste y la Guerra, a quienes se ha unido recientemente su primo mutante el Plutonio, están cosechando tan rápido como siempre, y no han podido mantenerse al ritmo de nuestro crecimiento.
Y, a pesar del pésimo papel de la Muerte para retardar el crecimiento humano, hoy algunos promueven recurrir más a sus servicios para el beneficio de todos. Están tratando de darle una buena imagen a la Muerte.
© 1990 Clark Dissmeyer
© 1990 Clark Dissmeyer
"Presentamos a nuestra invitada especial -- La Muerte!"
"Hagan que me vea bien, muchachos!"
Como dijo (en finlandés) Pentti Linkola de Saaksmaki, Finlandia, en el Wall Street Journal (1): "Otra guerra mundial sería una ocasión feliz para el planeta -- Si hubiera un botón que pudiera tocar, me sacrificaría sin titubear si significara la muerte de millones."
No dijo con cuántos millones quiere jugar a los lemmings, pero aun 80 millones eliminarían sólo el crecimiento de un año. Eso no salvaría a Gea, y terminaríamos con todos esos cadáveres... qué asco. Hasta Garrett Hardin, quien dice que alimentar a la gente hambrienta sólo crea más gente hambrienta, se opone a la dura filosofía de Linkola. "Tenemos muchas posibilidades que deberían explorarse antes de implementar la mano dura", advierte.
El Weekly World News (2) cuenta la historia de dos químicos franceses fugitivos, Henri Mevel y Jean-Michel DuPont, quienes supuestamente planean envenenar a cada ser humano sobre el planeta para "salvarlo de la polución y de la sobrepoblación". Marc Jubert, de la Interpol, admite: "no sabemos exactamente qué están haciendo Mevel y DuPont, pero si no los detenemos a tiempo los resultados serán devastadores. Puede que estén trastornados, pero no son dementes".
De todos modos, aun con su "red de 2.000 ecologistas radicales en todo el mundo", no hay forma de que puedan siquiera acercarse a la cifra de muertos del botón mágico de Linkola: un mísero 2% de nosotros.
Igualmente increíble es la historia en el Newhouse News Service (3) que habla del antiguo jefe antiterrorista de la CIA, Vincent M. Cannistraro. Él visiona "científicos altamente educados... (en) pequeñas células clandestinas organizadas, trabajando en el desarrollo de tecnologías para disminuir o hasta erradicar la raza humana de la Tierra". Con la esperanza de añadir credibilidad a esta fantasía, el artículo también hace mención del Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria.
Ciertamente, es posible que existan grupos clandestinos y bien financiados, con científicos que trabajan para eliminar a un gran número de personas. Sin embargo, es probable que salvar a la Tierra no sea uno de sus motivos.
La Iglesia de la Eutanasia aboga por lo que mucha gente piensa cuando oye hablar por primera vez del VHEMT: el suicidio por el bien de la Tierra. El fundador Chris Korda, en su boletón "Exhalen" (4), anima a quienes realmente toman en serio la salvación del planeta a que se suiciden. También ofrece varias formas creativas de apoyar la causa de la extinción humana voluntaria.
El Frente de Liberación de Gea (5) está de acuerdo con que la gente se mate entre só, como en las guerras, pero prefiere el "combate mano a mano o, aun mejor, los agentes biológicos que maten solamente a los humanos".
No importa cuántos millones sean sacrificados por la Muerte, ni por cuál razón: los beneficios para Gea serían mínimos. De hecho, las tasas altas de muertes causan tasas altas de nacimientos, lo que con frecuencia resulta en un crecimiento neto. La explosión de nacimientos de posguerra reemplaza rápidamente a los muertos de vencidos y vencedores.
En "Tierra Salvaje" (6), yo examino el efecto de la infame peste bubónica sobre los censos de la civilización occidental: "Inmediatamente después de este inconveniente menor, nuestro número empezó a subir hasta la luna. La revolución industrial fue sin duda un factor que nos permitió multiplicarnos hasta reventar, pero la Muerte Negra puede ser la razón por la cual nos gusta procrear como conejos. Se grabó en nuestra memoria colectiva el horror de las muertes masivas de nuestra especie. Nuestra reacción como especie ha sido, naturalmente, la fertilidad como venganza."
Para contender con esta fertilidad rampante, concluyo: "la libertad reproductiva, las oportunidades económicas y la educación son métodos mucho más efectivos para mejorar la relación entre las personas y la naturaleza de lo que podría ser la promoción de la muerte".
No, la Muerte no es el caballero andante de Gea: no puede matar a la cigüeña. Somos nosotros los héroes potenciales de este rescate. Si suficientes miembros de la familia humana se vuelven vehementes con respecto a la preservación de la vida sobre la Tierra, la bella Gea tiene una esperanza.
Referencias
(1) Wall Street Journal, Milbank, Dana, May 20, 1994, pg A4.
(2) Weekly World News, August 6, 1991, pg 33.
(3) Newhouse News Service, Tilove, Jonathan, The Grand Rapids Press, April 14, 1991, pg E4.
(4) Snuff It, Korda, Chris, Spring 1994, Church of Euthanasia, POB 261 Somerville MA 02143.
(5) These EXIT Times, No. 2, 1992, pg 12
(6) Wild Earth, Knight, Les U., Winter 1992/93, pgs 76-77. Cenozoic Society, Inc., POB 455, Richmond VT 05477.
(1) Wall Street Journal, Milbank, Dana, May 20, 1994, pg A4.
(2) Weekly World News, August 6, 1991, pg 33.
(3) Newhouse News Service, Tilove, Jonathan, The Grand Rapids Press, April 14, 1991, pg E4.
(4) Snuff It, Korda, Chris, Spring 1994, Church of Euthanasia, POB 261 Somerville MA 02143.
(5) These EXIT Times, No. 2, 1992, pg 12
(6) Wild Earth, Knight, Les U., Winter 1992/93, pgs 76-77. Cenozoic Society, Inc., POB 455, Richmond VT 05477.
P. ¿No se extinguirá el VHEMT cuando todos sus miembros mueran?
Si una idea carece de mérito suficiente para transmitirse sin ser impuesta a temprana edad, probablemente merezca ser olvidada.
La conciencia no se transmite por los genes. Cada voluntario o simpatizante del VHEMT es el resultado de una pareja que procreó y, sin embargo, todos hemos decidido no procrear. A menudo llegamos a esta conclusión independientemente y sin el apoyo de amigos y familia.
El concepto de la extinción humana voluntaria tiene vida propia. Es una idea cuyo momento ha llegado, aunque tal vez sea un poco tarde.
P. ¿Es éste otro de esos cultos suicidas?
Toda nuestra civilización industrializada parece un gigantesco culto suicida. Los síntomas nos rodean.
Impulsamos nuestros cuerpos de aquí para allá en frágiles cajas métalicas, a velocidades potencialmente fatales, sin muchos cuidados ni razones.
Ingerimos tanto veneno que nuestra carne no alcanzaría los estándares gubernamentales para el cerdo.
Arrancamos hilos del telar de la vida, saltamos sobre ellos y todavía esperamos que sostengan nuestro creciente peso. Pocos se dan cuenta de que no hay red de seguridad.
En vez de eso, podríamos estar abrazando la vida: la extinción humana voluntaria ofrece una cura saludable al deseo colectivo de muerte de la humanidad.
"La destrucción que ha abatido a varias civilizaciones en el pasado nunca ha sido obra de un agente externo, sino que ha tenido siempre la naturaleza de un acto suicida."Arnold Toynbee, "Un estudio de la historia", 1949.
P. ¿Por qué no se suicidan, nada más?
Ésa puede ser la pregunta que nos hacen con mayor frecuencia. Y es comprensible: si somos tan desastrosos para cualquier hábitat que ocupemos, ¿por qué no simplemente acabar con todo? Por varias razones, el control natal retroactivo no hace parte del VHEMT.
Como ya se explicó, aumentar las muertes es como tratar de sacar agua de un bote que se está hundiendo, sin tapar los agujeros. La gente se está yendo al abismo al doble de la velocidad con que salen.
Ya es bastante complicado lograr que la gente considere apenas no procrear. Abogar por el suicidio, en formas distintas de simplemente envejecer, sería un concepto muy difícil de vender. No hay manera de que podamos convencer a las personas de que se maten en suficiente número como para hacer una diferencia, en especial después de estar demasiado muertas como para hablar. El suicidio no pone un ejemplo que otros quieran seguir.
La muerte llega por sí sola, y a veces llega demasiado pronto. Después de trabajar durante la mayor parte de nuestras vidas, unos diez años de jubilación no son mucho pedir. Podríamos dedicarlos a causas humanitarias y ambientales.
Acortar en algunas décadas la vida de una persona no evita los años de impacto humano que se evitan al no crear una vida nueva, una con el potencial de crear otras más.
Tenemos la responsabilidad de ayudar al mundo tanto como podamos antes de morir. Sería una irresponsabilidad dejarles la labor a otros.
El Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria es una causa por la cual vale la pena vivir, no morir.
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