miércoles, 8 de febrero de 2012

La DIGNIDAD del TARAHUMA --> Indígenas se suicidan debido a la hambruna‏

Pasados más de 500 años, los extranjeros nos siguen robando el oro. Nos roban el petróleo, el gas, el agua, la biodiversidad, la mano de obra, la democracia, la soberanía, la libertad. A este país, nuestro México, inmensamente rico, no terminan de saquearlo. Se pelean por las telecomunicaciones, por los monopolios, por las concesiones, las tierras, y los mexicanos, observando. Las mineras canadienses pululan por todo el territorio nacional llevándose nuestros minerales con todas las facilidades de nuestros gobiernos, mientras muchos mexicanos mueren de hambre, como nuestros hermanos de la sierra Tarahumara, al grado de que los padres se suiciden arrojándose a los despeñaderos por no poder alimentar a sus hijos. Etnias enteras en el norte del país deciden no reproducirse más pues les parece indignante la vida. Es la autoextinción pero también la dignidad del ser humano.

Decía el cubano José Martí:

"Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía. En América no se podía ser honrado, ni pensar ni hablar. Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado. Un hombre que se conforma con obedecer a leyes injustas, y permite que pisen el país en que nació, los hombres que se lo maltratan, no es un hombre honrado. El niño, desde que puede pensar, debe pensar en todo lo que ve, debe padecer por todos los que no pueden vivir con honradez, debe trabajar porque puedan ser honrados todos los hombres, y debe ser un hombre honrado. El niño que no piensa en lo que sucede a su alrededor, y se contenta con vivir, sin saber si vive honradamente, es como un hombre que vive del trabajo de un bribón, y está en camino de ser bribón. Hay hombres que son peores que las bestias, porque las bestias necesitan ser libres para vivir dichosas: el elefante no quiere tener hijos cuando vive preso: la llama del Perú se echa en la tierra y se muere, cuando el indio le habla con rudeza, o le pone más carga de la que puede soportar. El hombre debe ser, por lo menos, tan decoroso como el elefante y como la llama. En América se vivía antes de la libertad como la llama que tiene mucha carga encima. Era necesario quitarse la carga, o morir." ?

http://www.damisela.com/literatura/pais/cuba/autor

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