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Miércoles 05 de Abril de 2006
El sentido de la vida
En menos de dos semanas tres padres de familia se acercaron a mí preguntando consternados qué podían hacer frente a sus hijos de 16 a 18 años que les habían declarado seriamente: "Ya no quiero vivir". Uno de ellos con un par de intentos suicidas y los otros con una seria depresión que se prolongaba por más de un año.
Las cifras oficiales en el Estado de Jalisco nos muestran que se da un suicidio cada día. ¿Qué está pasando? Adultos, jóvenes y niños están perdiendo el sentido de la vida. Si se llegaron a cuestionar para qué vivían, no hubo respuesta. No podemos extrañarnos.
Hemos construido la sequedad del alma como sociedad. Sumidos en un materialismo y hedonismo reinantes, el hombre ha dejado de alimentar su espíritu. Somos cuerpo y alma. Pero hoy sólo preocupa el cuerpo. Nos hemos hecho para el exterior y para lo inmediato. Los padres de familia se conforman con dar a sus hijos todo lo material al alcance. Trabajan tanto por ellos, que no se dan cuenta que no están con ellos. Importa la marca, los logros materiales, el tipo de casa, de escuela, de viajes. Importa la belleza exterior, se gastan cantidades importantes en cirugías y tratamientos estéticos pero muy pocos compran libros, se preparan en el conocimiento de su fe o pagan cursos de perfeccionamiento en alguna materia. Lo que importa es "ganar efectivo". Más tienes, más vales.
Cómo nos va a extrañar que nuestro hijo vacío, quiera quitarse la vida. Los padres dicen: "pero si lo tiene todo". ¿Qué es tenerlo todo?, ellos me responden: es guapo, joven, inteligente... qué curioso. Ninguno me dijo alguna virtud interior: es generoso, alegre, servicial.
Los padres nos preocupamos por formar lo exterior y nos olvidamos de formar el corazón. Les dimos marcas y les impedimos desarrollar el sentido del compartir. Les dimos diversión y mutilamos su capacidad de obtener alegría en el servicio. Les dimos lo necesario para cubrir sus gastos de sobra, pero no les dimos la importancia suficiente como para cancelar cualquier compromiso para estar con ellos. Nadie les hizo sentir valiosos por lo que son. Les enseñamos que todos valemos por lo que tenemos.
Ya basta de decir que "el mundo está de cabeza". Nosotros formamos el mundo. Si no pones orden en ti mismo, esto no se endereza. Es fácil culpar al exterior de lo que sucede en el interior de nuestros hijos. Podemos decir: son los medios, son los amigos, son las drogas. Al final hay un saldo que te toca: padre de familia, haz abdicado a tu papel educador. Renuncia a la comodidad. Crece como persona para que ayudes a crecer a tus hijos. Necesitamos alimentar nuestras almas. ¡Acercarnos a Dios... volver a nuestros valores!
LUPITA VENEGAS/ Psicóloga.
Correo electrónico: lupivenegas@... EL INFORMADOR Diario Independiente Guadalajara, Jalisco, México.
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Fin de artículo, inicio de mi comentario (Eco_h2o):
Creo que la autora tiene razón de que el materialismo predomina, "está de moda", y que tal vez las cuestiones espirituales o "Dios" ayuden, pero… ¿y si Dios no existe, o no lo creemos?
La religiosidad y el ateismo han existido siempre, y seguramente también en otras épocas hubo muchos suicidios o gente deprimida. Lo que se le escapa a la autora y a la gran mayoría de la sociedad y consejeros y políticos, es que lo que posiblemente ahora está acelerando la criminalidad, la depresión, y los suicidios, sea la pérdida de personalidad, la falta de expectativas reales, la falta de espacio, el contacto con la naturaleza, ante un mundo hacinado, saturado de gente, carros y anuncios diciéndonos que comprar y como actuar.
Una pregunta:
¿Los robots se suicidan o aceptan su suerte?
Dos conclusiones:
En épocas de paz y alto desarrollo tecnológico crece la población, los recursos se sobreexplotan y escasean, abruma el desempleo, los chismes y conflictos abundan, aburre la vida...
(por tanto los suicidios tienden a aumentar)
En épocas de guerra se deja que otros lo suiciden a uno.
(si no, como seria posible que enormes ejércitos acepten ir a la guerra promovida por turbios intereses de unos cuantos encumbrados).
Eco_h2o
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http://mx.groups.yahoo.com/group/VHEMT_esp/message/627
Tener hijos es un crimen (en alguien racional), tú que puedes elegir, no impongas la carga de la vida a quien está en la paz de la nada. Los verdaderos mandamientos: Uno, no te reproduzcas que no tienes derecho, nadie te lo dio; no le hagas a otro el mal que te hicieron a ti sacándote de la paz de la nada, a la que tarde que temprano tendrás que volver, comido por los gusanos o las llamas. ... segundo y tercer mandamiento en la web de Fernando Vallejo: www.youtube.com/maestrovallejo
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